mercredi 27 mai 2020


Colombia secuestrada.



El nombre Colombia puede evocar muchas cosas : una paloma, un conquistador, una productora de películas : Columbia ;  paisajes únicos en el planeta tierra, culturas inmensamente ricas, antiguas y diversas, joyas de la humanidad… el atentado violento hacia las personas inocentes, el robo de votos para apoderarse del poder político, el robo de los recursos públicos, la tortura sexual a mujeres, hombres, niños y niñas, el militarismo, el paramilitarismo, el narcotráfico, la avaricia, la ignorancia, la depredación en todas sus formas… la violación de los derecho humanos por parte de estado militar y paramilitar,  vínculos del estado  con el narcotráfico internacional,  y la violación de los mismos derechos por parte de las guerrillas, también ligadas al narcotráfico. Colombia evoca un estado criminal, es decir, evoca funciones publicas (salarios pagos con dinero públicos) algunas de las cuales son realizadas por criminales de las peores categorías,  Colombia evoca un estado que no puede existir realmente, pues hasta hoy,  solo existe en la boca de los criminales que babean palabras como democracia o paz, pero que no tienen la libertad ética de hacer de esas palabras una realidad tangible. Colombia vende la droga a los países que la consumen, y al mismo tiempo, vende la vida y la sangre de su pueblo.



Los criminales políticos en Colombia,  sin estudios, sin reflexión, o con estudios pero sin reflexión, tienen habilidades oratorias muy desarrolladas, y se pagan sueldos treinta veces mayores a los que reciben las personas que ganan lo que estos criminales han querido denominar: “salario mínimo”. Pero qué es el mínimo y para quién. Colombia es un país desesperadamente clasista, racista, que tiene pereza de ir más allá de sus herencias coloniales, para empezar a pensar con las dinámicas del pensamiento contemporáneo, dinámicas de lo diverso, de lo no jerárquico, de lo inteligente por colectivo, respetando la diferencia y en la comprensión del conflicto como algo esencial en la sociedad.  Los políticos, muchos de ellos empresarios de la tierra (ganaderos, palmeros, bananeros, mineros), babean diciendo que son la representación de la intelectualidad “¡estudien vagos!” gritaba una “senadora” de la  “república “ a las personas que exigían sus derechos frente al palacio de justicia... Colombia es injusticia. Colombia me hace pensar que un país entero ha sido secuestrado por unos cuantos emprendedores de la guerra, que intentan limpiar su falta de reflexión y de fineza con discursos económicos que solo los favorecen a ellos mismos.

 

Colombia es…. un espacio en el globo terráqueo que fue y sigue siendo delimitado física y simbólicamente a causa de largos procesos sangrientos : la conquista y colonización europeas, las guerras de independencia, las guerras partidistas, las guerras raciales y clasistas, las guerras contra el comunismo, las guerras contra el narcotráfico, las guerras sin razón, como es el caso de los mas de 5 mil asesinatos de civiles inocentes, efectuados por parte de las fuerzas armadas de la « republica », las guerras por la apropiación de la tierra que dejaron millones de desplazados internos, es decir, millones de personas sin hogar, en la miseria y en el abandono absoluto por parte de los órganos estatales, y de la población de clase alta , media-alta y media de las ciudades. Colombia evoca el infierno, y todos, colombianos y sociedades internacionales, parecen aceptarlo con un poco de complacencia y unas pizcas de placer.



En Colombia a la gente se le niegan los derechos universales a la vida, al trabajo y a la educación, y aun así, sigue siendo un destino para varios tipos de turismo: sexual, narcótico, eco-turismo; es decir, el turismo, ese proyecto "naranja", es una gran empresa consumista que viene y se va dejando el dinero en algunos cuantos emprendedores del despojo, pues para hacer turismo, hay que sacar a la gente que pide la tierra para cultivar su comida y tener dignidad alimentaria. Solo eso, dignidad y seguridad alimentaria, pero no… el extranjero sigue siendo prioridad en ese país de américa del sur, donde los economistas no han comprendido la primera palabra del trabajo que se supone deberían conocer mejor, a saber: eco, en griego, oikos, la casa, la casa material, la casa de la vida que es materia prima para pensar la otra palabra que entienden menos, el gnomos, la norma…  pero el gnomos es una explicación geométrica mas dificil que aun estoy estudiandoy no podría explicar aquí. Sobre el despojo por parte del turismo, solo hay que ver el caso actual de la Sierra Nevada de Santa Marta, un caso de manipulación politica y  de violencia fría del que pocos hablan. 



Pensar en Colombia es ver la imagen de la justicia con los ojos vendados, no por un lienzo pulcro, sino por un billete de dólar terriblemente sucio en lo que respecta al pensamiento político, es ver los platillos de la balanza llenos de manjares salidos de manos campesinas, siendo devorados por los criminales políticos que evoca a dios para hacernos creer que conocen la justicia y sus significaciones profundas. En Colombia violan la ley, violan nuestras conciencias políticas, violan nuestros instituciones,  nuestros niños, niñas, hombres y mujeres, y luego, tenemos que esperar a que caigan las migas de la justicia que los criminales dejan caer. La espada de la justicia por su parte tiene doble filo, a tal punto que la mayoría de casos de gravísimos atentados contra la vida, la libertad y el derecho, han tenido que ser expuestos frente a la corte interamericana de derechos humanos, pues esos dos filos de la espada "a la colombiana”, peinan los pelos grasosos de los comensales por un lado, mientras cortan a la población en pedazos por el otro. La justicia esta secuestrada, a pesar de la honestidad de gente más que honorable y valiente.  ¿Pero cuántas justicias existen? Según los grandes pensadores del crimen organizado, existe la justicia divina, y según la justicia divina, es decir, la justicia de las leyes que las sociedades hemos luchado por establecer, existe la justicia del tiempo, que este texto quiere ayudar a acelerar, sin apuros, con la calma de una verdad inaceptable que a sobrepasado los límites estéticos de lo grotesco, para volverse lo informe de una herencia del mal que hasta ahora no hemos podido detener, pero que lograremos hacerlo, mas temprano que tarde, sin que nos cueste más de lo que ya lo ha hecho. 



Hoy cada minuto que pasa en Colombia, cada silencio que guardamos, significa la muerte de una persona “Si nos quemdamos callamos, nos matan, y si hablamos también, entonces ¡hablamos!” dijo en el sepelio de dos indigenas Cristina Bautista, líder indígena del Cauca, días antes de ser asesinada ella también. Entonces, ¡¿Qué hacemos?! pues... ¡Hablemos!¡gritemos! Sin más silencios cómplices, hablemos todos, hagamos un gran rumor y hagámoslo con ternura entre los amigos, la familia, las personas que trabajan con o para nosotros, seamos rumor, por ahora no de cumbia :-), sino de resistencia pacífica colectiva, de diálogo inter-cultural, inter-generacional,inter-institucional, inter-nacional, inter-disciplinar, seamos diálogo de enseñanza para quienes nos rodean, y vayámos silenciando en nuestras mentes, poco a poco, las balas, las moto sierras, los tanques, los gases,  que se llevaron la vida de las personas que amamos (mi padre, oficial de la policía de Colombia, tu padre, líder campesino, tu madre, líder sindical, tu hermana, líder cultural, tu hijo, soldado, guerrillero, albañil, tu hija, enfermera, empleada domestica, tu hermana guerrillera, tus primos que pensaron diferente, tu familia libre y pensante que esta en todos y todas nosotres) callémoslos, y  que todo el mundo escuche el ruido de las piedras que son el rio. ( y no olvidemos, en tre todo lo que no debemos olvidar, a Hidroituango, ese aparato del olvido que el rio no quizo que se saliera con las suyas)