mardi 9 août 2016

Cerrando los ojos

Por última vez, lejos del lenguaje de los hombres, se hunde en la noche de la muerte animal; su piel líquida, obscura, lisa, respira en el espacio de su cuerpo grande, pesado, infinito, su cuerpo piedra. El tiempo en lo seres,  entra en su esqueleto, y va cerrándole los ojos lentamente, exhalando cada movimiento marítimo, exhalando un canto de agua.

Párpados de grandeza van cayendo así, hacia el centro del cielo submarino, mientras los últimos aletazos en el vacío del mundo son el descenso suave de su cuerpo celeste, aquel que habitó la tierra siendo pez, monstruo, ballena.

La arena del fondo del mar abraza entonces su peso y lo deja irse para abrazar la eternidad en un rastro. Tiempo, temblores y vueltas de la tierra van envolviendo aquel objeto ya, abierto a la muerte, hasta hacerlo roca en el horizonte de las formas, y que como las nubes, va prediciendo el destino de los hombres…él, cuerpo real, se pierde en lo profundo, en lo invisible y puedo verlo gracias a ti.

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