lundi 26 septembre 2016

La ventana estaba abierta, un rayo de sol calentaba su habitación propia. Los muebles, las lámparas las plantas, la ropa, todo la miraba desde el abismo del tiempo que lo había transformado todo también... ya era hora de salir a enfretnar los autos y el olvido de la gente, pero antes, debía abrazar las flores y bailar un poco con ellas, asi, como para preservar aquel  lenguaje que son la dulzura y  nobleza de la vida.

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