mardi 15 novembre 2016
Mientras tanto, el camino al otro lado de las escaleras parecía mas angosto que aquel en el que había metido sus pies, aunque sabía por expériencia
que todo podía ser un problema de perspectiva y que seguro si tuviera
la valentía de ir más allá de la escalera vería, como una luz, un camino
inmenso, que se alejaba vacío hacia la playa y daba al mar sin pausas
ni miradas atrás, ni sonrisas, ni adioses. Apretó sus manos para aferrarse bien al cuarto escalón de la escalera, de un salto fue a dar sobre ella, y trepando como un simio que huye de los hombres, subió, y subió, dejando todos los destinos atrás.
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