dimanche 20 novembre 2016

Ya nadie estaba listo para que algo más se acabara. La gente estaba cansada de que todo andara mal siempre, como si nadie nunca hubiera hecho nada, como si a nadie nunca le hubiera importado que las sirenas sonaran todos los dias y que la guerra se incendiara como un gran fuego por toda la tierra. A nadie le importaba si ya al otro lado del mundo alguien había muerto de nuevo, o si en su propia casa y en su cuerpo ya nada pasara, ni siquiera un sorbo de leche o de agua, pues urgía continuar sin mirar atrás. Pues ¿quién podría seguir soportando tanto y tano? Pues ¿Dónde habían quedado la actividad y el movimiento del crear con sus propias manos? ese étonnement y ese papillonnage unidos al cuerpo y a su trabajo. Que se moviera el mundo era importante, pero el que no se moviera por la guerra, era lo único que realizarían. 

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